domingo, febrero 24, 2013

Constelaciones y culturas


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Scorpious

Orión era un gigante con gran habilidad para la caza. Uno de los mitos cuenta que un día salió y por descuido, lo picó un escorpión. Orión quedó moribundo. Entonces le pidió a Zeus que lo mandara al cielo, junto a sus dos perros de caza: el Can Mayor y el Can Menor. De hecho, allí se le encuentra hasta hoy, en el cielo nocturno.

Orión  está con sus perros frente al Toro y con una libre bajo sus pies. Nunca se va a topar con el Escorpión de nuevo, porque están opuestos en el firmamento. Cuando Orión se acuesta por el oeste, Escorpión se levanta por el este y viceversa.

Esta historia la usaron los antiguos griegos para explicar el origen de varias constelaciones que se aprecian en el cielo.

Constelación de Orión, el cazador.

Las constelaciones son grupos de estrellas que, vistas desde la Tierra, parecen formar figuras. Entre las constelaciones más populares están las del zodiaco, que son las que quedan de fondo al paso del sol. También podemos decir que están más cerca de la eclíptica, es decir, la línea imaginaria que traza el camino del Sol en el firmamento durante el año.

Las constelaciones, o patrones de estrellas asociadas en grupos, son interpretaciones culturales que han ido cambiando; como explica la astrónoma Carolina Salas.
“Tiene mucho que ver con las leyendas y la tradición de muchos pueblos. De hecho, los nombres que tienen las constelaciones vienen de una tradición, verdad. Es como más arbitrario que ya más propiamente científico, digamos, que uno le ponga un nombre por esto y esto... Sino que es más por tradición, los pueblos antiguos veían en las constelaciones, o en las estrellas o grupos de estrellas, veían ciertas figuras, ciertas formas, y ellos trasladaban estos mitos o estas leyendas, las trasladaban al cielo.

Y por supuesto que han ido evolucionando. Todas las culturas antiguamente tenían diferentes constelaciones: los chinos, los de oriente, los europeos; todos tenían sus diferentes constelaciones, pero que en algún momento tuvo que ser algo general para todos”
Constelación del Emu, Australia.

Aunque hemos heredado muchos de estos patrones de diferentes culturas, desde 1925 la Unión Internacional de Astronomía  definió 88 constelaciones, como secciones de todo el firmamento. De esta manera es más fácil estudiar cada región y orientar a la comunidad de seguidores de la astronomía para observar cambios o fenómenos, alertar sobre el paso de cometas, encontrar estrellas de colores y más.

Pero las constelaciones no siempre se formaron al asociar estrellas. Algunas culturas, como la de los incas, interpretaron las zonas oscuras de la Vía Láctea como animales. Así surgieron las constelaciones de la llama negra, el zorro y el cóndor, entre otras.

A estas figuras se les llama constelaciones oscuras, para distinguirlas de las constelaciones estelares, es decir, las que se forman conectando estrellas.
Constelaciones incas
Aprovechá una noche despejada e intentá reconocer figuras asociando estrellas o poniendo atención a las zonas oscuras del cielo. Quizás te encontrés con Orión, el cazador, que cruza el firmamento con sus dos perros, huyendo del escorpión.


Guión: Alejandro Portilla, Luz María Moya y Alejandra León Castellá
Grabación: Stefany Díaz
Locución: Mariana Rivera.

ENLACES RECOMENDADOS
Constelaciones incas: un listado.
Constelaciones Zodiacales, CIENTEC

Constelaciones

Ptolomeo, Almagesto.
 Carta del cielo Austral, Siglo XVI. Paris
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Claudio Ptolomeo fue un astrónomo que vivió en Egipto en el siglo II después de Cristo. Su principal obra, el Almagesto o Gran Tratado, fue uno de los primeros catálogo de estrellas y constelaciones conocidas en aquel tiempo. Su obsevatorio estaba en Alejandría.

Siglos más tarde, varios astrónomos siguieron su ejemplo y comenzaron a agrupar y catalogar las estrellas para estudiarlas mejor.

Así se fue creando una convención sobre la ubicación y los nombres de las estrellas, que facilitó su seguimiento, como nos cuenta la astrónoma del Planetario de San José, Carolina Salas.

“Para poder estudiar el cielo se tiene que dividir por regiones, porque así es más sencillo poder clasificar las estrellas dentro de cierto grupo, poder hacer observaciones dentro de cierto grupo. Es muy diferente que usted diga 'bueno, en la constelación de Sagitario, por ejemplo, tal estrella o tal otra', a no decir 'la estrella que está por allá', verdad. Es como más ubicación que otra cosa. 
Y los astrónomos dividen el cielo en lo que se llama una esfera celeste que es las estrellas que nosotros podemos ver desde aquí, como si estuvieran pegadas en una esfera. Y esa esfera la dividieron en 88 regiones.”

Estas regiones son las que conocemos como constelaciones. Son grupos de estrellas asociados a figuras, cuya interpretación ha variado en la historia. Pueden ser animales, personajes míticos, instrumentos musicales o de navegación, y hasta vehículos.

Existen constelaciones pequeñas y difíciles de ver. Entre las zodiacales, Aries es una de las más tenues y pequeñas. En cambio, hay otras como Scorpius, el escorpión, que es un extenso patrón de estrellas en el que diferentes culturas vieron el mismo animal.

Su largo aguijón bifurcado está metido en la región “lechosa” del cielo, hacia el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea.  Su estrella más brillante se llama Antares, es una gigante roja y compite en coloración con el planeta Marte.

Las estrellas de una constelación no están en un plano, como se les imagina sobre la bóveda celeste. Algunas podrían incluso estar bastante alejadas entre sí, como explica Carolina Salas.

“En realidad es simplemente una posición en el cielo, verdad, que nosotros tomamos esa región para poderla estudiar. Pero no necesariamente están ligadas gravitacionalmente. De hecho, algunas pueden tener miles de años luz de distancia unas de otras, entonces eso es muy relativo. Es lo que nosotros vemos desde aquí. Están cerca, pero no necesariamente están cerca (entre sí), en realidad.”

Las constelaciones que se ven en un punto geográfico en la Tierra no necesariamente se ven desde otra latitud. En el hemisferio norte, la Osa Menor gira con su hermana la Osa Mayor alrededor de Polaris, la estrella del norte, y es más fácil de observar en latitudes superiores.


Conforme viajamos del polo norte hacia  el ecuador, encontramos a la Osa Menor más baja en el cielo y fácilmente la tapa una montaña.
En cambio, la Cruz del Sur, que aparece en las banderas de Brasil y Australia, es visible alta en los cielos del hemisferio sur. Sin embargo, desde la banda tropical de la Tierra, apenas se aprecia, muy baja en el sur, cerca del horizonte.

Entre las constelaciones más famosas se encuentran las del zodiaco, la franja por donce pasa el sol. En total son trece constelaciones, aunque la tradición solo cuenta doce, dejando por fuera al Ofiuco, el señor de las serpientes.

Las constelaciones pueden guiarnos a observar secciones de la bóveda celeste. Con esta ayuda, podemos observar lluvias de meteros, encontrar estrellas de colores o cambiantes, ver cúmulos de estrellas o nebulosas y mucho más. Todo está en conocer el mapa celeste para saber dónde buscar.


Guión: Alejandro Portilla y Alejandra León Castellá
Grabación: Stefany Díaz
Locución: Mariana Rivera.
 
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 Historia de la Astronomía: Claudio Ptolomeo 

Constelaciones Zodiacales, CIENTEC

sábado, febrero 23, 2013

Electromagnetismo y microondas


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Necesitás calentar algo en el horno de microondas... No tenés mucho tiempo y lo que tenés más cerca es un recipiente de metal... ¡Mejor tomate unos segundos y buscá una taza de loza o plástico!
El metal en los hornos de microondas tiene una particular función y no sirve transmitir el paso de las ondas electromagnéticas.

Este tipo de electrodomésticos calienta los alimentos mucho más rápido porque no transmite el calor por contacto, como lo hacen la cocina y el horno convencional. En cambio, el microondas pasa las ondas electromagnéticas a través de la comida y así excita ciertas moléculas que absorben esta energía y al vibrar, se calientan.

La física Luz María Moya nos detalla cómo las ondas logran calentar los alimentos en muy poco tiempo, gracias al agua que éstos contienen.
“Lo que hace es que pone a vibrar las moléculas de agua. Todos nosotros sabemos que si nos movemos mucho nos calentamos, y eso es exactamente lo que sucede: la microonda entra en resonancia, o sea, hace vibrar esas moléculas de agua y al vibrar el alimento se calienta. 
Una cosa interesante es por ejemplo que la gente dice que con el microondas el alimento se calienta de adentro para afuera, básicamente lo que sucede es que el alimento por fuera está más seco, esto es, tiene menos agua. Entonces las moléculas que van a empezar a vibrar por mucho más tiempo van a ser las que están dentro que están más húmedas”.

Existen materiales que deben evitarse dentro de un horno de microondas, como advierte Moya.
“¿Por qué no podemos poner cosas de metal dentro del microondas? Porque los metales repelen las microondas, o las ondas electromagnéticas en general. Entonces, ¿qué es lo que va a pasar? Que la onda simplemente no va a pasar por ese metal y va a producir una reflexión, y lo que vamos a tener es lo que todos sabemos que empiezan a salir chispas y cosas así cuando hay metales”.
De hecho, un metal dentro del un campo magnético variable produce corriente eléctrica. Como consecuencia, dentro de un microondas, un metal fino se calienta muy rápidamente y puede hasta incendiarse. Por otro lado, los metales que terminan en punta, al igual que un pararrayos, tienden a realizar descargas por la punta y pueden generar pequeños rayos dentro de un microondas. Por eso es importante revisar los materiales que se utilizan y evitar los cubiertos metálicos, y los platos con bordes, detalles o esmalte metálico.

Otro asunto es la amenaza al usuario. Aunque las microondas tienen la capacidad de modificar la temperatura de los materiales internos, no resultan peligrosas para las personas que utilizan los hornos. Estos electrodomésticos están diseñados para generar ondas electromagnéticas dentro de un espacio interno. De allí no pueden escapar.

Si mirás un horno de microondas en detalle, verás que la ventana externa tiene un recubrimiento de metal con huequitos. Y como recordarás, el metal no permite el paso de las microondas.
Los agujeros son más pequeños que las microondas en sí. Son apenas lo suficientemente grandes para que vos podás vigilar la comida mientras se está calentando, pero no dejan salir las ondas.


Como su nombre lo dice, hablamos de una onda pequeña, en relación con otras en el espectro electromagnético. Su tamaño es menor a las ondas de radio y mayor a la infrarroja. Y aunque existe un rango de tamaños de microondas, el que se utiliza en los horno es de 30 cm.  O sea, no pasa por los agujeros de la lámina de la puerta, ni por el resto del recubrimiento interno del horno.

Mientras un horno de microondas esté en buenas condiciones, no tenga deteriorada su puerta, o agujeros en otras paredes, por ejemplo, no dejará escapar la radiación interna. Por ello, su uso es totalmente seguro para las personas, aunque se encuentren junto al aparato al hacerlo funcionar.
 

Guión: Alejandro Portilla, Luz María Moya y Alejandra León Castellá
Grabación: Stefany Díaz
Locución: Mariana Rivera.
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Cómo funciona.. un microondas!

Espectro electromagnético. CIENTEC 


Electromagnetismo y celulares

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¿Te ha pasado que dentro de un edificio no podés hacer llamadas con tu celular, pero al moverte hacia afuera comenzás a recibir señal?

Esto sucede porque los teléfonos móviles se comunican mediante ondas electromagnéticas, transmitidas por antenas y con alcances específicos.

Al hacer una llamada, la señal viaja desde el teléfono del usuario (o emisor) hasta una antena, también conocida como celda. Allí se transmite la señal hasta otras celdas de la misma red, hasta que alcanza el teléfono del receptor. Todo este proceso se lleva a cabo en una fracción de segundo.

Si nos encontramos cerca de una celda, tendremos buena señal, pero irá disminuyendo conforme nos alejemos de esa antena, hasta que nos ubiquemos cerca de otra. Es por eso que al viajar en un vehículo podemos notar cambios constantes en la señal que llega a nuestro teléfono.

Los teléfonos celulares utilizan ondas electromagnéticas similares a las ondas de radio o de televisión. Sin embargo, cada una tiene una frecuencia diferente, que por el tamaño de la onda y su alcance requiere de diseños específicos para optimizar su cobertura (o alcance). Las montañas y las estructuras metálicas pueden bloquear el paso de la señal y dificultar el acceso en ciertas condiciones.

En otros casos, una estructura metálica, puede anular el paso de las ondas electromagnéticas, como lo propone la física Luz María Moya con este experimento.

“Haga la prueba usted, coja su celular y métalo dentro de una caja de lata y trate de llamar a ese, su celular. Su celular no va a recibir la señal, ¿por qué? Porque está protegido por un metal y todas las ondas van a llegar y se van a reflejar. No van a penetrar la lata y, consecuentemente, su celular no responde”.
 

Este efecto se conoce también como la “Jaula de Faraday”, y es el caso típico de los ascensores.

Hay otros materiales que si permiten el paso de las ondas electromagnéticas, incluyendo nuestro propio cuerpo. Por eso, y por el creciente aumento en la número de teléfonos celulares en el mundo, la ciencia médica investiga sus posibles efectos nocivos en la salud.


Aunque no se ha comprobado una efecto negativo de la radiación de baja energía que emiten los celulares, estos siguen siendo un tema de investigación.   También los efectos indirectos del uso de móviles son temas en las ciencias sociales, en especial la distracción y el crecimiento en accidentes en las vías.

Actualmente, los celulares no solo transmiten la voz, también sirven para enviar mensajes de texto y datos, navegar por Internet, escuchar radio y hasta ver televisión. Todo gracias a las ondas electromagnéticas que están siempre a nuestro alrededor aunque no podamos verlas.



Guión: Alejandro Portilla, Luz María Moya y Alejandra León Castellá
Grabación: Stefany Díaz
Locución: Mariana Rivera.
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Nociones preliminares- Teléfonos celulares, UOttawa.

 Tecnologia Celular. Wikispaces
Experimentos: La jaula electromagnética. Madrimasd.org.